dijous, 19 de juny del 2008

Ahora un break en mi vida universitaria. Se descuelgan las fotos de las paredes, los pósters y con ellos el recuerdo de nueve meses en esta pequeña habitación para dos. Dos que al final se ha convertido en una. Ahora esta habitación, desnuda de fotos, es aún más pequeña, más tétrica y más temible. Pero delante de cualquier pregunta, me quedaría aquí más tiempo. O no. No sé. Quizás lo que haría sería unir mis dos vidas. Porqué sí. Porqué el martes lo grité al viento en medio de barcelona (y borracha): SOY UNA EGOÍSTA. Egoísta por querer tener a los de mallorca aquí o los de aquí en mallorca. El lugar me daría igual. Yo lo que quiero és no tener que vivir tres meses echando de menos Barcelona y sus gentes y nueve meses echando de menos mallorca y mis gentes.¡Joder! Qué complicacions me busqué cuando vine por estos mundos catalanes!
Pero ahora eso ya me da igual. Ferran, un gran amigo, me dijo que si lloraba era porqué me gustaba. Yo, que tuve dudas durante un mes, ahora no dudo que ame esta vida. Porqué sé que la quiero y aún quiero más las personas con las que la comparto. Porqué primero de periodismo 02 me ha demostrado que, quizás y solo quizás, tirarte de cabeza no es más fácil, pero te da mejores sensaciones. No estoy negando que quien continua en su ciudad con la vida que tenía sea un pobre y que no sabe luchar, sino, lo que estoy diciendo es que, a veces, tienes que dar cambios en tu vida para saber qué andas buscando.
Después de esta pequeña reflexión y de decir a todos mis catalanes que los quiero y a todos mis mallorquines que los amo solo me queda decir:
que es mejor:¿malo conocido o bueno por conocer?

dissabte, 7 de juny del 2008

Se tiene que volar despierto

No hay nada más mentira que estar seguro de algo. Ni nada más peligroso que estar en posesión de la verdad. En su versión cotidiana, nada peor .. que tener razón. La gente que tiene respuestas para todo llegan a presidente de los Estados Unidos, así que ándate con cuidado. Y la gente que tiene preguntas para todo son las que inventaron las vacunas conocidas, así que toma nota. Asegurarse, un verbo detrás del cual se nos ve la pluma de la ignorancia, el plumón de la idiotez y el plumero del miedo.
Lo peor es que, como militante de la venta a discreción, te puedo asegurar que no hay industria más rentable que la del miedo. El miedo es impersonal, transferible y terriblemente contagioso, se propaga sin costes de transporte y encima, con cada contagio, va mutando el virus, con lo que se hace cada vez más imposible su erradicación definitiva.
Al fin y al cabo, qué hay de malo en arriesgarse. O mejor, qué hay de bueno en no arriesgarse. Sufrir de lo mismo que sufrimos ya, pero más tarde. Seguir como estábamos, pero con menos tiempo para estar como estábamos. En definitiva, estar peor que estábamos, pero encima creyéndonos que estamos igual.
Arriesgarse es enfrentarse a decibelios de envidia. Sufrir de sordera ante el qué dirán. Pero es que es comprensible que genere envidias alguien que decide atenerse a las consecuencias de vivir la vida de uno, y no la de los demás.
A cada instante, una gran parte del mundo está a punto de casi todo. Él a punto de llamarla, ella a punto de cogerlo, el otro pensando si debería, aquella decidiendo si lo hace o no. Malos a punto de ser buenos, buenos a punto de hacerlo peor. Oportunidades a punto de crisis, trabajos a punto de paro, relaciones a punto de caramelo, infidelidades a punto de perder su fe. Todos paralizados por no plantearse qué es lo peor que les puede pasar, qué es lo mejor que les puede dejar de pasar.
Hoy rompo todas mis lanzas por aquellos que se arriesgan.
Y caen.
Aunque sea en la cuenta



Ristjo Mejide

dilluns, 2 de juny del 2008

No tinguis por de la por

Nunca me consideré una persona miedica. Siempre afronté mis miedos, sin dudar de mis posibilidades y de mis capacidades. Pero ahora, quince días antes de que esto termine siento que no podré con todo. Me matan los examenes, pero todavía lo hace más el reportaje. Un reportaje que me comé la cabeza día y noche. Siento que me supera y que no puedo con todo. Nunca antes me rendí. Y ahora tampoco pienso hacerlo, pero siento que no podré con todo. Quizás mis presagios sean solo eso, o, simplemente, que estoy pensando que esto llega a su fin. Quien me lo diría a mi. 9 meses por Barcelona, lejos de casa. Y todo es tan contradictorio. 9 meses con gente maravillosa y perfecta. 9 meses sin otra gente maravillosa y perfecta. ¿Por qué no podría estar todo junto? Quizás porqué entonces no tendría lo que tengo. La respuesta es fácil, pero no la consigo asimilar. Llega un punto en que creo que estoy acostumbrada, que ya puedo soportar las despedidas. Pero cada vez me engaño más a mi misma. No puedo aguantar un hasta luego aunque solo sea por 15 días. Me sigue doliendo tanto como el primer día. Porqué nunca creí en proverbios pero es verdad que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo no lo he perdido para siempre, pero lo voy perdiendo por momentos y eso me duele más. Porqué lo recupero por horas y días y ¡zas! vuelve a desvanecerse y a provocarme lágrimas en los ojos. Pero llego a mi casa (ya tengo dudas de decir cual es mi casa), la de Barcelona, y encuentro esta otra gente que consigue que mis lágrimas de nostalgia se conviertan en risas. Porqué ya no sé vivir separada entre dos mundos, entre dos realidades. Sé que todavía puedo aguantar así, pero llegará un día en que me cansaré.
Y yo, debería estar estudiando. Porqué me quedan quince días y lo mejor que sé hacer es lamentarme. Ay, ay y ay. Pero no pongo remedio. Joder.
Después de escribir esto, sigo siendo igual que siempre. Pero con algunas lágrimas menos conmigo.